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QUÈ PASSA SI ANAM A POC A POC ?

Una tarde bruñida por el sol del verano de 1985, mi viaje de adolescente por Europa se detiene en una plaza de las afueras de Roma. El autobús que ha de llevarme a la ciudad lleva veinte minutos de retraso y no parece que vaya a aparecer. Sin embargo, el retraso no me molesta. En vez de ir de un lado a otro por la acera o llamar a la compañía de autobuses y presentar una queja , me pongo los auriculares del walkman, me tiendo en un banco y escucho a Simon y Garfunkel, que cantan sobre los placeres de hacer las cosas despacio y del momento duradero. (...)

 

Avancemos velozmente quince años, y todo ha cambiado. 

El escenario es ahora el ajetreado aeropuerto romano de Fiumicino, y yo soy un corresponsal de prensa extranjero que se apresura a tomar el vuelo de regreso a Londres. En vez de dar puntapiés a los guijarros y sentirme eufórico, camino a grandes zancadas por la sala del aeropuerto, maldiciendo en silencio a toda persona que se cruza en mi camino a un ritmo más lento. En vez de escuchar música con un walkman barato, hablo por el móvil con un director de periódico que se encuentra a miles de kilómetros de distancia.

En la puerta me coloco al final de una larga cola, en la que no hay nada que hacer más que esperar (...). Hacer que la espera sea más productiva parece que sea menos espera, así que me pongo a hojear un periódico. (...) He aquí el titular que me llama la atención: "El cuento para antes de dormir que sólo dura un minuto"

(...)


En esta era atiborrada de medios de comunicación, rica en datos, en la que el zapeo y los juegos electrónicos campan por sus respetos, hemos perdido el arte de no hacer nada, de cerrar las puertas al ruido de fondo y a las distracciones, de aflojar el paso y permanecer a solas con nuestros pensamientos (...)

 

El hastío es una invención moderna. Si eliminamos todos los estímulos , nos ponemos nerviosos, nos entra el pánico y buscamos algo, lo que sea, para emplear el tiempo. (...) En vez de pensar profundamente o dejar que una idea se cueza a fuego  lento en el fondo de la mente, ahora gravitamos de manera instintiva hacia el sonido más cercano.


Prímeres línies del llibre Elogio a la lentitud d'en Carl Honoré.

He llegit poques pàgines més, la resta no sé com serà, però aquests fragments ja m'han agradat.